Maria Remedios Del Valle
Madre de la Patria
Buenos Aires
c. 1766 - 1847
Biografía
María Remedios del Valle nació alrededor de 1766, en la ciudad de Buenos Aires, entonces capital de la provincia o gobernación del Río de la Plata, en el Virreinato del Perú. Era «parda» según el sistema colonial de castas y fue una militar argentina. Fue una de las llamadas niñas de Ayohuma, aquellas que asistieron al derrotado ejército de Manuel Belgrano en la batalla de Ayohuma. Afrodescendiente argentina, actuó como auxiliar en las Invasiones Inglesas y, tras la Revolución de Mayo, acompañó como auxiliar y combatiente al Ejército del Norte durante toda la Guerra de la Independencia en Argentina, lo que le valió el tratamiento de «Capitana» y de «Madre de la Patria» y, al finalizar sus días, el rango de Sargento Mayor del Ejército.
Durante la Segunda Invasión Inglesa al Río de la Plata, María Remedios del Valle auxilió al Tercio de Andaluces, uno de los cuerpos milicianos que defendieron con éxito la ciudad. Según el parte del comandante de ese cuerpo: «Durante la campaña de Barracas, asistió y guardó las mochilas para aligerar su marcha a los Corrales de Miserere».
Al producirse la revolución del 25 de mayo de 1810, y organizarse la primera expedición auxiliadora al Alto Perú, conformando lo que luego se denominaría Ejército del Norte, el 6 de julio de 1810, María Remedios del Valle se incorporó a la marcha de la 6ta. Compañía de artillería volante del Regimiento de Artillería de la Patria al mando del capitán Bernardo Joaquín de Anzoátegui, acompañando a su marido y sus dos hijos (uno adoptivo), quienes no sobrevivirían a la campaña.
María Remedios del Valle continuó sirviendo como auxiliar durante el exitoso avance sobre el Alto Perú, en la derrota de Huaqui y en la retirada que siguió. En vísperas de la batalla de Tucumán, se presentó ante el general Manuel Belgrano para solicitarle que le permitiera atender a los heridos en las primeras líneas de combate. Belgrano, reacio por razones de disciplina a la presencia de mujeres entre sus tropas, le negó el permiso, pero al iniciarse la lucha, Del Valle llegó al frente alentando y asistiendo a los soldados, quienes comenzaron a llamarla «Madre de la Patria». Tras la decisiva victoria, Belgrano la nombró capitana de su ejército.
Luego de vencer en la batalla de Salta, Belgrano fue derrotado en Vilcapugio y debió replegarse. El 14 de noviembre de 1813, las tropas patriotas se enfrentaron nuevamente a las realistas en la batalla de Ayohuma y fueron nuevamente derrotadas. María de los Remedios del Valle combatió, fue herida de bala y tomada prisionera. Desde el campo de prisioneros ayudó a huir a varios oficiales patriotas. Como medida ejemplificadora, fue sometida a nueve días de azotes públicos que le dejarían cicatrices de por vida. Pudo escapar y reintegrarse al ejército argentino donde continuó siguiendo a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes y Juan Antonio Álvarez de Arenales, empuñando las armas y ayudando a los heridos en los hospitales de campaña.
Finalizada la guerra y ya anciana, del Valle regresó a la ciudad de Buenos Aires, donde se encontró reducida a la mendicidad. Relata el escritor, historiador y jurisconsulto salteño Carlos Ibarguren (1877-1956), quien la rescató del olvido, que vivía en un rancho en la zona de quintas, en las afueras de la ciudad, y frecuentaba los atrios de las iglesias de San Francisco, Santo Domingo y San Ignacio, así como la Plaza de la Victoria (actual Plaza de Mayo) ofreciendo pasteles y tortas fritas, o mendigando, lo que junto a las sobras que recibía de los conventos le permitía sobrevivir. Se hacía llamar «La Capitana» y solía mostrar las cicatrices de los brazos y relatar que las había recibido en la Guerra de la Independencia, consiguiendo solo que quienes la oyeran pensaran que estaba loca o senil.
No conforme con su suerte, el 23 de octubre de 1826 inició una gestión solicitando que se le abonasen 6000 pesos «para acabar su vida cansada» en compensación de sus servicios a la patria y por la pérdida de su esposo y sus hijos (el sueldo máximo en el país era el del gobernador, de 7992 pesos al año).
El 16 de abril de 1835 fue destinada, por decreto de Juan Manuel de Rosas (que el 7 de marzo de 1835 había asumido su segundo mandato como gobernador de Buenos Aires), a la plana mayor activa con su grado de sargento mayor. Le aumentó su pensión de 30 pesos en más del 600 %. En la lista de pensiones de noviembre de 1836, María Remedios del Valle figura con el nombre de Remedios Rosas (quizás en gratitud hacia el gobernador que la sacó de la miseria). Allí, con fecha del 28 de octubre de 1847, aparece su último recibo de pensión de 216 pesos.
En la lista del 8 de noviembre de 1847, una nota indica que «el mayor de caballería Dña. Remedios Rosas falleció».
En su honor, la Ley 26.852 establece el 8 de noviembre como el «Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura Afro».