Chicha Mariani
Abuelas de Plaza de Mayo
La Plata
1923 - 2018
Biografía
María Isabel Chorobik de Mariani nació en San Rafael, Mendoza, el 19 de noviembre de 1923. Fue una de las fundadoras y segunda presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo hasta 1989. En 1996 fundó la Asociación Anahí, en honor a su nieta desaparecida, Clara Anahí Mariani, y la presidió hasta la fecha de su fallecimiento.
Cursó sus estudios entre 1943 y 1946 en la Academia de Artes Plásticas de la Universidad de Cuyo. En marzo de 1947 se casó con el director de orquesta y violinista Enrique José Mariani y se mudó a la ciudad de La Plata donde fue profesora de Artes Plásticas en colegios secundarios.
El 24 de noviembre de 1976 las fuerzas de seguridad atacaron en La Plata la casa de su hijo, Daniel Mariani, y su nuera, Diana Teruggi, militantes de Montoneros, quienes tenían una hija de tres meses, Clara Anahí. En el ataque murió su nuera, otros cuatro militantes y fue secuestrada la beba. Al año siguiente, el 1 de agosto de 1977, fue asesinado también su hijo.
Al recibir noticias de que su nieta había sobrevivido al ataque, María Isabel comenzó a buscarla completamente sola. Concurrió a los cuarteles, comisarías y juzgados, sin lograr resultados y, en muchos casos, siendo maltratada o amenazada por hacerlo. Emilio Graselli, Monseñor de la Iglesia católica, le confirmó que su nieta se encontraba viva, pero también que había sido entregada a una familia influyente, a la vez que le comunicó que la Iglesia no estaba dispuesta a intervenir para su restitución.
En la segunda mitad de 1977, doce mujeres comenzaron a organizarse para buscar a las nietas y nietos secuestrados por la dictadura o nacidos en cautiverio. Alicia «Licha» Zubasnabar de De la Cuadra, Raquel Radío de Marizcurrena, Haydée Vallino de Lemos, Delia Giovanola, Clara Jurado, María Isabel «Chicha» Chorobik de Mariani, Mirta Acuña de Baravalle, Vilma Sesarego de Gutiérrez, Eva Márquez de Castillo Barrios, Leontina Puebla de Pérez, María Eugenia Casinelli de García Irureta Goyena y Beatriz Aicardi de Neuhaus fueron, sin saberlo, las doce fundadoras. Se llamaron Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos, más tarde adoptaron el nombre con el que las llamaba el periodismo internacional: Abuelas de Plaza de Mayo.
Durante la dictadura militar, y a pesar de los riesgos, ellas iniciaron una tarea detectivesca para localizar a sus nietas y nietos, sin abandonar la búsqueda de sus hijas e hijos, a la vez que emprendieron una acción de sensibilización nacional e internacional acerca de los niños desaparecidos y el robo de bebés.
Una mañana de 1979 las Abuelas leyeron en el diario El Día de La Plata una noticia que las llenó de esperanza. Un hombre que negaba su paternidad fue sometido a un examen de sangre comparativo al del presunto hijo y resultó ser el padre. Ahí se nos prendió la lamparita y se nos ocurrió la idea de utilizar la genética para identificar a nuestros nietos, recuerda Estela de Carlotto. En 1982 Chicha y Estela viajaron por 12 países con una única pregunta: ¿Existe un elemento constitutivo de la sangre que sólo aparece en personas pertenecientes a la misma familia? Así, en Estados Unidos, un grupo de científicos se comprometió a ayudarlas y se sumó a la investigación la genetista Mary-Claire King para ver cómo se podía identificar a los hijos de desaparecidos apropiados por la dictadura argentina.
En 1984, la jefa de Inmunología del Hospital Durand, Ana María Di Lonardo, junto a Mary-Claire King, realizaron el primer examen de histocompatibilidad y lograron identificar a Paula Eva Logares, nieta de Elsa Pavón. Fue entonces que las Abuelas se pusieron a trabajar en el proyecto de creación de un Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) que se concretaría con la sanción de la Ley 23.511, en mayo de 1987. En 1991 el BNDG incorporó el análisis de ADN mitocondrial.
Fue a partir de ese vínculo con científicas y científicos que surgió también el que luego sería el Equipo Argentino de Antropología Forense, que se especializó en la investigación de casos de violencia política mediante la exhumación de los cuerpos con metodología de la arqueología, y el análisis para identificarlos y saber cómo murieron.
En la legislación, con la inclusión en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de los artículos 7, 8 y 11, impulsaron la construcción de un nuevo derecho: el derecho a la identidad.
Una vez recuperada la democracia, el 10 de diciembre de 1983, las Abuelas se organizaron como asociación civil. Con la presidencia de Chicha Mariani, promovieron la utilización de los últimos adelantos genéticos para establecer un sistema de identificación de los nietos apropiados, sin antecedentes en el mundo, y presionaron para que el Estado enjuiciara a los responsables de los secuestros de niñas y niños, considerándolo parte del plan represivo.
En 1989, Chicha Mariani deja su lugar en la presidencia de Abuelas de Plaza de Mayo, que asume Estela de Carlotto hasta la actualidad. En 1992, las Abuelas consiguieron que el Gobierno nacional creara la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), dependiente del Ministerio de Justicia.
En febrero de 1996 fundó la Asociación Anahí, junto a Elsa Pavón, para promover, sostener y defender la plena vigencia de los derechos humanos. Entre sus prioridades siguió estando presente la búsqueda de su nieta, pero la Asociación tuvo y tiene como objetivos, a su vez, la construcción de la memoria colectiva, el asesoramiento en derechos humanos y la defensa del derecho a la identidad. La casa Mariani-Teruggi, donde fueron asesinados Diana Esmeralda Teruggi, Roberto César Porfidio, Daniel Mendiburu Eliçabe, Juan Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio, y donde fue desaparecida la beba Clara Anahí, es hoy un espacio de memoria, en calle 30 Nº1134 de La Plata.
En la novela autobiográfica La casa de los conejos, la escritora Laura Alcoba narra los meses que vivió con su madre en esta casa, entre los años 1975 y 1976, describiendo la cotidianeidad de aquellos días desde la mirada de una niña de 8 años. A partir de esta novela, la cineasta Valeria Selinger realizó la película que lleva el mismo nombre.
Las Abuelas de Plaza de Mayo encontraron 137 nietas y nietos a la fecha. Siguen buscando a más de 300.
Chicha Mariani murió en La Plata el 20 de agosto de 2018, nunca pudo reencontrar a Clara Anahí, a quien seguimos buscando.